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Ante una emergencia sanitaria, como la que está afectando a la mayoría de naciones del mundo, es necesario que cada estado, en la medida de sus posibilidades, adopte las medidas necesarias que permitan reducir las afectaciones en la población.

En ese sentido, y ante el posible brote del COVID-19, con la firma del Convenio Tripartito suscrito el día 24 de marzo de 2020, quedó demostrada la voluntad de los trabajadores y empleadores de querer compartir la obligación de velar por la salud de los trabajadores y sus familias, sin descuidar el desarrollo de la actividad comercial de las empresas como unidad básica de la economía nacional.

Además del consenso alcanzado por las partes, hay que resaltar que, por haber sido avalado por el Ministerio del Trabajo, este acuerdo pudiese estar siendo adoptado por otros sectores económicos e incluso por las autoridades del poder ejecutivo, que hasta el día de hoy no han dictado ninguna disposición; y por lo tanto, ante la inexistencia de un estado de excepción, los sectores empresarial y laboral se encuentran navegando en un mar de incertidumbre.

Entre los elementos objetivos de este acuerdo es importante destacar que encontramos figuras jurídicas no tradicionales, como lo es el teletrabajo. Asimismo, se flexibiliza la posición del MITRAB al avalar que el empleador pueda enviar de vacaciones a sus trabajadores, aunque no tenga días acumulados a su favor.

Este acuerdo tripartito ofrece un abanico de oportunidad para los demás sectores laborales y que, a la vez, a corto o mediano plazo, viene a formar parte de nuestra legislación laboral, aunque de forma complementaria. Este debe de ser considerado como una eventual reforma del Código Laboral con el propósito de regular el teletrabajo, el trabajo con jornadas reducidas, entre otros.

Gerardo Escorcia Díaz
Asociado
García & Bodán
Nicaragua