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La Revolución Ecológica bajo las Start-ups y su impacto en la realidad costarricense

En el día Mundial de la Propiedad Intelectual es destacable el lema de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) correspondiente a este año 2020: “Innovar para un futuro verde”. A la luz de esto es oportuno mencionar que los temas ecológicos se han convertido en necesidades prioritarias para la sociedad. Esta materia ha llegado a ocupar las agendas económicas, políticas y sociales de cada vez más Estados, demostrando que estamos ante una carrera contra el tiempo que nos obliga a aplicar cuanto antes medidas clave que reviertan el daño que provocamos y estamos provocando al Planeta Tierra. Ante esto, la Propiedad Intelectual no es ajena a dicha necesidad, siendo que, de la mano de la innovación, ha convertido creaciones e invenciones en herramientas esenciales que permiten el sostenimiento ambiental práctico que salvaguardará el bienestar de la raza humana. Costa Rica no escapa de esta realidad y sus antecedentes de apoyo ambiental le han permitido convertirse en un semillero de innovación ecológica por medio de las Start-Ups.

Afortunadamente son muchos los ejemplos de apoyo a estos sectores innovadores que podemos encontrar en nuestro país. Entre ellos encontramos incubadoras como el programa Social Skins, el cual busca impulsar startups de innovación social de este tipo, cuyo apoyo económico y mentoría para el proyecto y sus inventores son brindados por Grupo Bolívar – Davivienda. Otro proyecto a destacar es el Grupo Stratos, siendo este el primer programa de incubación especializado en materia verde que se desarrollará en Costa Rica de la mano de Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER) y el Instituto Tecnológico, iniciativa que permitirá a los inventores a desarrollar sus creaciones con el apoyo de dichos entes. Cabe destacar la gran labor de PROCOMER que en el año 2019 desarrolló también el programa “Fortalecimiento del ecosistema costarricense de startups de tecnologías verdes para la internacionalización” junto con la Fundación Costa Rica – Estados Unidos para la Cooperación (CRUSA), convirtiéndose en un espacio en el que en Costa Rica generó procesos de incubación especializados en un sector específico, en este caso Tecnologías Verdes.

Como se demuestran con estas acciones naciones, las invenciones que se están dando bajo las start-ups han venido para irrumpir el proceso tradicional de invenciones en la sociedad, y sería acertado predecir que este tipo de semilleros de Propiedad Intelectual serán las cunas de invenciones tecnológicas que vendrán a revolucionar al mundo en materia ambiental, por lo que con esto, cada vez más países se unirán a estas iniciativas costarricenses que permitirán colocar en sus proyectos prioritarios el apoyo a los inventores de la tecnología verde, una tecnología que ahora más que nunca es necesitada por nuestra sociedad global.

Cristina Mora Granados
Asociado
García & Bodán
Costa Rica

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