Certificación de Autenticidad de Obras Artísticas
Me gustaría comenzar por comentarles que este tiempo que me dedicas de lectura en este boletín es uno de los mayores honores que mi trabajo me permite. Vivimos en un ritmo de trabajo que nos demanda alimentar cada instante de nuestra agenda con una productividad de 24/7. Si no estoy aprendiendo no estoy mejorando y el mundo se mueve a pasos agigantados sobre nuestras cabezas. Y en ese proceso, por mientras decidimos el nombre que le queremos dar a nuestro proyecto de vida, a ese negocio o a ese producto ultra revolucionario en que estoy invirtiendo, se nos pasa el tiempo, el alquiler del local sigue corriendo, los permisos regulatorios aún no salen y toda la operación se complica para comenzar un negocio en países donde el arte y la cultura se han visto relegadas a un “bonito pasatiempos” o una “inversión muy a futuro”.
“De músico, poeta, y loco, todos tenemos un poco” (refrán Español), y es ese “toque” artístico nuestra base en la que estamos trabajando y nos permite hacer esa diferencia en el rubro al que nos hemos especializado. En el mundo artístico que concierne a la Propiedad Intelectual, la autoría es ese valor que cada pieza marcada por el artista puede someramente materializarse en un certificado de autenticidad de obra, el cual en muchos países latinoamericanos, incluido pero no limitado a Centroamérica, no está regulado por las normativas especializadas de Propiedad Industrial. Este certificado de autenticidad de obra que es el equivalente al título de propiedad para quien adquiere la obra, recibiendo por el Autor los derechos patrimoniales que así considere a bien el Autor, tales como la exhibición pública de las obras y cualquier transferencia de la posesión.
Este mismo concepto de plano artístico, es la base sobre la cual se construyen las política laborales que más allá de ser proteccionista y restrictiva permite la aportación y compromiso de los empleados para mantener ese arte y cultura empresarial de los negocios. Industrias de servicios, tales como las de hospedaje temporal y restauración, requieren una especial atención en cuanto a la capacitación del personal como esencia de la experiencia que los clientes valoran al momento de decidir entre las innumerables propuestas que el mercado ofrece. Las bases para esta “certificación de autenticidad de obra” a nivel laboral puede fijarse mediante contratos y asegurarse mediante capacitaciones constantes de cultura empresarial a los empleados según su rubro.
Graciela Cruz Raudales
Socio
García & Bodán
Honduras