Desde inicios de la crisis financiera, se ha reconocido la importancia de la educación financiera como uno de los elementos claves para el desarrollo económico y financiero de las poblaciones. Es por esta razón que el tema de la educación financiera en los últimos años ha tomado mucha importancia dentro de la agenda de muchos países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo.
Nicaragua es el país de la región que más atrasado se encuentra en el tema. Es por tanto necesario que las autoridades nicaragüenses tomen acciones encaminadas al fomento de la educación financiera o bien, el desarrollo de una Estrategia Nacional de Educación Financiera (ENEF). Dicha ENEF deberá contar con la participación de todos los sectores interesados en la materia, y así puedan contribuir e impulsar una política pública de tal envergadura, en donde se considere también el contexto socio económico del país.
La educación financiera se refiere al conjunto de habilidades que poseen los individuos respecto al dinero. Específicamente a los conocimientos con los que cuentan para tomar decisiones informadas en temas financieros. Incluye nociones básicas, tales como características y el uso de productos financieros, pasando por temas más avanzados y que se relacionan con el conocimiento de conceptos financieros, el desarrollo de habilidades y actitudes para el manejo de las finanzas personales que incluya cambios positivos en el comportamiento de los individuos. La educación financiera por tanto juega un papel muy importante para la toma de decisiones económicas de cualquier individuo. Esta, a su vez puede empoderar a los individuos y puede ayudarlos a hacer un mejor manejo de sus finanzas personales.
En Nicaragua no existe todavía una ENEF, y la poca legislación relacionada a la materia está dirigida al consumidor financiero. Sin embargo, existe interés de algunos sectores de la población en promover la educación financiera. Dentro de los gremios que han intentado promover la educación financiera en el país se encuentran el sector privado, instituciones financieras, organizaciones de la sociedad civil, entre otros. Pero, aunque existe evidencia e indicios de interés de fomentar la educación financiera en el país por actores claves que podrían contribuir favorablemente al impulso de una política pública de educación financiera para la inclusión social, todavía es necesario un impulso conjunto que involucre a todos los sectores del país, primordialmente el sector público.
Es menester diseñar una estrategia nacional de educación financiera que combine el aporte de una variedad de actores que tienen interés en la materia. La importancia del fomento de la educación financiera en un país como Nicaragua radica en los beneficios que se derivan de dicha educación. Dichos beneficios pueden verse reflejados en la economía en su conjunto. La educación financiera puede promover en la población las competencias necesarias para tomar decisiones informadas y adecuadas, así como posibilitarlos para que defiendan sus derechos como consumidores financieros. Además, los ciudadanos educados financieramente tendrán una mayor capacidad para entender políticas públicas, económicas y sociales adoptadas en su economía.
Asociado
García & Bodán
Nicaragua