Los descuentos de final de temporada en Centroamérica, son una de las maniobras de mercado más apetecidas y realmente atractivas. En un mundo de constantes ofertas, promociones, satisfacción y generación de necesidades, el comercio debe buscar alternativas inteligentes que permitan la constante recuperación de la relación con sus consumidores. El mercado mundial y sus estrategias se han tornado más intensas y deben ajustarse a tácticas más dinámicas.
La incorporación de tendencias utilizadas a nivel mundial para lograr la mejor comercialización de productos ha permitido diluir parte de los beneficios y conocimientos de mercados con más experiencia. En la década de los 60’s y 70’s el mercado americano comienza a fraguar el concepto de una de las más reconocidas ventas por final de temporada, acuñada como “Black Friday”. El “viernes negro” o viernes de descuento como es conocido en la usanza comercial, es el día en que comienza la temporada de compras navideñas en los Estados Unidos, el cual toma lugar inmediatamente después de la celebración del Día de Acción de Gracias. Esta práctica ha ido difundiéndose globalmente y comenzado a cobrar fama en los países latinoamericanos a inicios de esta década.
Si bien no se trata de una celebración o una festividad, es el día en que muchos comercios procuran ofertar los mejores precios o promociones por las compras de sus productos, lo que lo convierte en una excelente temporada de ventas para productos de impulso, sobre todo de aquellos productos con alto grado de obsolescencia. Es conocido que algunas empresas utilizan la fama que existe alrededor de esta venta masiva para inflar precios a finales de las semanas que anteceden al gran día de descuentos y luego bajar los precios durante el día publicitado, generando un falso descuento y por ende cayendo en un engaño comercial perseguible por las distintas entidades que velan por la protección de los consumidores.
En el mercado centroamericano existe una particularidad en torno al uso de la indicación comercial “Black Friday». La misma fue otorgada como marca de servicios a un grupo de empresas, las que hoy en día gozan de la exclusividad sobre la denominación, sin que esto implique la exclusividad sobre la práctica comercial o uso de denominaciones que contengan referencias a dicha experiencia de mercado. Es importante recalcar que las tendencias de mercado son bases para desarrollar relaciones comerciales más competitivas y creativas. Pero no son parámetros definidos y fórmulas exactas para el éxito, y por ello es importante planificar las estrategias de negocio, asesorarse y proteger aquellas ideas que rompen los parámetros.
Graciela Cruz Raudales
Asociado Senior
García & Bodán
Honduras