La perspectiva de crecimiento económico a la que apunta la economía guatemalteca es una de las más altas en la región. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el crecimiento económico de Guatemala (un 3.3%), será superado solamente por República Dominicana (5%) y Panamá (3.7%).
Por su parte, el Banco de Guatemala estima un crecimiento económico superior, situado en un 3.4%.
En ambos cálculos, el desempeño económico del país se posiciona por encima del crecimiento económico de la región centroamericana para este año, que se calcula en un 2.5%.
Las noticias favorables continúan, puesto que CEPAL considera que para 2020, el crecimiento de Guatemala rondará el 3.2%.
Este desempeño para el país responde al pujante mercado que en él se encuentra y que, en contraste, otros países de la región sufren caídas estruendosas.
Recientemente se dio a conocer la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera 2019-2023, que proyecta mecanismos de impulso económico que buscan favorecer el acceso a los servicios financieros para toda la población del país. Este tipo de acciones constituyen los esfuerzos recientes de diversos sectores por construir mercados más eficientes, robustos y abiertos.
Aunque es importante reconocer esos avances, también es necesario señalar que para que ese crecimiento continúe e incluso sea superado, además de favorecer que sus efectos lleguen a todos los sectores de la población, no pueden obviarse cambios y novedades en la legislación que favorezcan la modernización y transparencia del mercado mismo.
Tal es el caso de la Ley de Competencia, a la cual Guatemala se comprometió para 2016, o de la falta de construcción de carreteras que conecten diversos puntos del país. Hasta que esos puntos no se aborden desde el Legislativo, una economía más grande y más incluyente está siendo frenada, por lo que se espera mayor participación de las comisiones correspondientes dentro del Congreso para lograr iniciativas de ley que favorezcan esos puntos.
Asociado
García & Bodán
Guatemala