
Las proyecciones del Banco Central de Honduras (BCH) apuntan a que la economía hondureña continuará mostrando un desempeño positivo durante 2026. La institución estima un crecimiento del producto interno bruto (PIB) en un rango entre el 3,5 % y el 4 %, apoyado en factores internos y externos que mantienen su dinamismo pese a los desafíos del entorno global.
Factores que impulsan el crecimiento
Uno de los pilares más importantes seguirá siendo el flujo de remesas familiares, que representarán más del 25 % del PIB. Este ingreso de divisas no solo impulsa el consumo de los hogares, sino que también contribuye a la estabilidad del tipo de cambio y a la disponibilidad de liquidez en la economía. Su crecimiento sostenido refuerza la resiliencia macroeconómica del país.
El sector exportador también tendrá un rol determinante. Productos agrícolas tradicionales como el café y el banano mantienen una demanda sólida en mercados internacionales, mientras que los esfuerzos de diversificación hacia otros cultivos y nuevos destinos comerciales podrían dar mayor estabilidad al sector agroindustrial.
A lo anterior se suman los programas de inversión pública orientados a infraestructura vial y a proyectos energéticos, especialmente en energías renovables. Estas iniciativas buscan no solo dinamizar la actividad económica en el corto plazo, sino también mejorar la competitividad del país y generar condiciones más favorables para atraer inversión privada.
Perspectivas para 2026
El BCH considera que, con políticas fiscales y monetarias prudentes, Honduras podría consolidar un crecimiento sostenido. Para ello será clave:
- Diversificar la economía para reducir la dependencia de remesas y ampliar la base productiva.
- Fortalecer la inversión privada mediante incentivos y mejoras en el clima de negocios.
- Impulsar educación e innovación, factores esenciales para aumentar la productividad y generar empleos de calidad.
El BCH anunció que mantendrá su estrategia de política monetaria y cambiaria, con el objetivo de «contener presiones inflacionarias y salvaguardar la posición externa del país»; enfatizó que su accionar seguirá siendo basado en datos para ajustar sus políticas según la evolución del entorno macroeconómico y los cambios en las políticas económicas internacionales, y mantendrá un monitoreo permanente de los riesgos que puedan afectar la liquidez y la estabilidad financiera.