En los últimos años, los “millenials”, con el ánimo de desprenderse de la etiqueta de “nini”, se han empoderado y enfocado en el emprendimiento empresarial, explotando y aprovechando para ello el desarrollo tecnológico, haciendo uso de las redes sociales para llevar a cabo sus actividades comerciales.
En su mayoría, los emprendedores se preocupan por cumplir con las básicas obligaciones legales, la inscripción de su empresa y el pago de los impuestos que correspondan; pero en muy pocas ocasiones ven más allá de la mera actividad comercial y, no toman en cuenta aquellos activos que al final del día son los más importantes para su empresa, pues son los que los diferencian de su competencia en el mercado. Con ello nos referimos, entre otros, a las marcas y signos distintivos y a aquellas creaciones originales que son susceptibles de protección a través del derecho de autor.
Al estar iniciando un negocio, la idea que tiene la gran mayoría, sobre la protección de estos importantísimos activos intangibles, es errónea, pues en un primer momento, por desconocer la trascendencia económica que dichos activos representan; el registro de una marca o el depósito de una obra, lo ven más como un gasto que como una inversión. Pero, sí la distintividad y calidad de los productos o servicios de tu negocio, se debe a tu marca pues es lo que te diferencia de tu competencia en el mercado, ¿no debería de ser esto lo primero a proteger?
El titular de una marca y/o signo distintivo, se preocupa por darse a conocer a través de estos, pero desconoce que adquirirá su derecho exclusivo sobre estos hasta que los mismos se encuentren debidamente inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual; o bien, no se preocupan por contar con un Certificado de depósito que hará valer sus derechos frente a terceros, cuando sus creaciones originales sean utilizadas sin su autorización, a saber, programas de cómputos, obras literarias, musicales o artísticas.
Es importante que la protección de tus activos intangibles sea lo primero en lo que pienses al momento de emprender tu negocio, pues los consumidores asociaran a tu marca la distintividad y calidad de tus productos o servicios en el mercado; así como atribuirán tu autoría a tus creaciones originales. Siendo así, ¿te parece lo mismo una computadora identificada con una manzana y un sistema operativo en particular, que una que no cuente con nada de ello?… Precisamente esa distinción, es lo que representa la trascendencia económica de los activos intangibles.
Piensa, además, que, al contar con un derecho exclusivo, y los Certificados de Registro o Deposito que demuestren tal cosa, podrías expandir tu negocio a través de licencias de uso, e inclusive, considerar cesiones a terceros, todo ello por la gran trascendencia económica que representa contar tu activo intangible.
No permitas, por considerar la protección de tu propiedad intelectual un gasto, que otros indebidamente se aprovechen de lo que tanto te ha costado crear.
Asociado Senior
García & Bodán
Nicaragua