Cada vez es mayor la cantidad de países que se suman a la incorporación de normativas estrictas para la reducción de emisiones de deshechos contaminantes y con especial atención en prohibir el expendio de aquellos productos de un solo uso. Estas regulaciones obligan a que las empresas introduzcan programas de ajuste y políticas de control ambiental. A efectos de aplicar cambios rápidos, las empresas implementan cambios como uso de empaques en bolsas de papel en lugar de plástico, fabricación de productos con materiales reciclados, incentivar el retorno de envases o de las piezas de vestir que ya no estás usando, con un incentivo de reutilización y reducción de precios para la siguiente compra.
Estas acciones de cambio van de la mano con nuevas imágenes comerciales, marcas y señales, descripciones de las reducciones en la huella ambiental para la fabricación de tales productos, lo que a su vez ha generado una tendencia publicitaria enfocada en campañas verdes y de concientización. Este tipo de publicidad verde se ha vuelto más tendiente a apelar por la concientización y educación de los consumidores, sin dejar a un lado el espacio para publicitar condiciones de superioridad del producto con relación a la competencia. Pero… ¿alguna vez hemos cuestionado la veracidad de estas declaraciones?
Con la transformación de las formas de comercio, la publicidad debe ser cambiante, creativa y no dejar de lado la misión de comunicación efectiva del producto que está en el mercado. Es por ello que la publicidad cobra fuerza cada día y en un mundo de conectividad permanente la publicidad se vuelve el principal medio de exposición de los productos. Esta exposición constante a la publicidad ha generado una especial atención por parte de las Autoridades locales para regular de forma más efectiva la publicidad, figurando ahora como entes vigilantes las oficinas de Protección al Consumidor, Gobernación, Regulación Sanitaria, Comisión de la Competencia, entre otras.
Esta constante y más especializada vigilancia a la publicidad ha levantado fuertes alertas en el comercio local, tales como identificación de publicidad engañosa para productos que declaran “uso de materiales reciclados” en etiquetados de vestimenta que se limita a los materiales utilizados en las etiquetas que declaran esa política verde y no sobre la prenda de vestir. Este tipo de publicidad engañosa se le denomina GREENWASH y está siendo objeto de revisión por parte de las Autoridades de Competencia y Protección al Consumidor. Siendo que la publicidad es una exposición de la empresa al consumidor y de su marca, es recomendable que las empresas se asesoren respecto a las normativas y regulaciones publicitarias que aplican en el país para evitar sanciones, suspenso de operaciones y cualquier tipo de medida restrictiva de comercio.
Socio
García & Bodán
Honduras